Pabellón polideportivo en Panes, Asturias

Situado en el término municipal de Peñamellera Baja, se integró en el terreno para causar el menor impacto visual posible


Nuestro diseño para el pabellón polideportivo de Panes, en el término municipal de Peñamellera Baja (Asturias), se integró en el terreno con la intención de causar el menor impacto visual posible en el entorno. Para ello, se planteó como un edificio semienterrado, donde los elementos que llaman la atención son la envolvente del mismo, el exterior y la propia ubicación.

De entre sus alzados, el de mayor presencia es el sur. De esta forma, se aporta una fachada que interacciona con la zona más pública de la actuación, donde se encuentra la mayor parte de los aparcamientos y por donde se producirá la conexión con la trama urbana del pueblo.

Existen tres accesos al edificio. El principal se sitúa en la fachada este. Se trata del acceso a cota de la cancha deportiva y los vestuarios, y se produce a través del vestíbulo de control. Para acceder a las gradas desde aquí habrá que subir por las escaleras que arrancan desde él.

Existe otro acceso en la fachada este, para acceder directamente al nivel de las gradas desde el exterior, y otro acceso desde la fachada norte, habilitado para la accesibilidad de personas con movilidad reducida, al que se llega a través de una rampa exterior desde el aparcamiento.

Cancha, gimnasio y vestuarios al mismo nivel

La organización interior del polideportivo se ha realizado siguiendo una construcción muy simple y responde a un esquema de circulaciones claro. El elemento principal es la cancha polideportiva, dispuesta al mismo nivel que gimnasio y vestuarios, dos espacios de servicio a ella.

Las gradas, dispuestas a un nivel más alto para permitir la visión de la cancha, cuentan con un espacio de servicio por debajo de ellas y accesible desde el pasillo inferior de baños, almacenes y cuarto de instalaciones. Ambos niveles (cancha y gradas) se relacionan visualmente tanto en el vestíbulo como en el terreno de juego y físicamente a través de la escalera del vestíbulo que las une.

Al exterior, el polideportivo, como ya se ha dicho, quiere pasar desapercibido, fundirse con su entorno sinuoso y arbolado. Así se inserta en el terreno, enterrándose en parte en él y resurgiendo en su verdadera magnitud en la parte opuesta, aprovechando la gran pendiente de la parcela, con un cerramiento de «camuflaje» debido a su despiece irregular y sus colores abstraídos de su entorno natural.

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