Restauración de faro para museo en San Vicente de la Barquera

El objetivo era hacer prevalecer el edificio original, de planta y alzados simétricos, sobre las ampliaciones posteriores


Dolmen Arquitectos se encargó de elaborar el proyecto de reforma y redistribución integral del Faro Punta La Silla, en San Vicente de la Barquera (Cantabria). El objetivo era modificar su uso al de Museo Artesanal y Costumbrista de la Mar.

El faro data de mediados del siglo XIX y se creó dentro del Plan de Alumbrado de Isabel II, que englobaba un número total de 116 faros por todas las costas españolas. Actualmente alberga el Centro de Interpretación del Parque Natural de Oyambre.

Con nuestro proyecto buscamos que prevaleciera el edificio original, de planta y alzados simétricos, sobre las ampliaciones posteriores que, adosadas, le restaban valor arquitectónico.

Mantener la fachada del siglo XIX modificando los volúmenes anexos

La solución adoptada pasa por mantener la fachada del siglo XIX con sus sillares de piedra en las esquinas y modificando los volúmenes anexos mediante un tratamiento compositivo que los diferencie. De esta manera se consigue mantener la volumetría inicial pero con un mayor aprovechamiento de su superficie y un menor gasto de intervención.

Interiormente, la propuesta definió una nueva distribución que obligó a la demolición de los tabiques existentes para conseguir una mayor riqueza espacial. De esta forma, la ampliación del lado suroeste da cabida a la nueva zona de exposiciones y aula audiovisual, ocupando así toda su superficie.

El espacio central, perteneciente al edificio original, se proyectó lo más diáfano posible dentro de las posibilidades que los muros de piedra permitían, ya que mantienen en todo momento su función estructural.

En este lugar se planteó la ubicación de la recepción y de los aseos públicos, con previsión de uso de personas con movilidad reducida.

Tabique de vidrio en el taller de reparaciones

También aquí se encontraban las dependencias necesarias para albergar la Sala de Máquinas y el Taller de Reparaciones. Este tiene acceso restringido para el farero, pero su uso se hace visible gracias a un tabique de vidrio que permitirá a los visitantes comprender el funcionamiento de la instalación.

En todo caso, el acceso a la torre y demás dependencias de uso exclusivo del personal del faro queda sobradamente protegido e independiente del resto del edificio.

En la parte nordeste de la edificación, donde se encontraba una ampliación de escaso valor, se demolieron los muros, manteniéndose las trazas iniciales en cimentación. Se mantuvo, en todo caso, la simetría global del edificio.

Cafetería-bar y tienda de souvenirs

El espacio resultante se destinó al uso de cafetería-bar junto con el de pequeña tienda de souvenir. Detrás de la barra del bar se dispuso una escalera de acceso a un sótano-almacén cuya función es la de almacenar utensilios y demás herramientas de jardinería.

Siguiendo con la línea de conservación del edificio original, desde el interior, se mantuvo la cubierta primitiva en la medida en que el estado de su estructura lo permitió.

Con este criterio se eliminó el cielo raso existente, cumpliendo su función la propia cubierta. Se consiguió así una mayor altura y riqueza espacial al tiempo que la continua presencia de la madera centenaria recuerda la edad del edificio y su valor patrimonial.

Acero inoxidable matizado con chorro de arena

Formalmente, la pieza posee un carácter vertical con una estructura de entrantes y salientes, de llenos y vacíos, lo cual genera un alzado muy variado que necesita ser recorrido para su completa comprensión.

La obra se realiza en acero inoxidable, material apto para exteriores por su carácter inoxidable y gran resistencia al exterior. La superficie final tiene un aspecto ligeramente texturado, al ser matizado con chorro de arena, lo cual evita el deslumbramiento que se produciría si el material quedará con un aspecto pulido.